Razones para no hablar demasiado en una entrevista

Razones para no hablar demasiado en una entrevista

Hablar demasiado en una entrevista es uno de los errores que debemos evitar durante esta prueba en nuestro proceso de selección. Vamos a ver las razones o motivos que nos llevan a esta conclusión y algunas técnicas para evitar caer en este problema.

El arte de hablar es una característica fundamental que todos deberíamos desarrollar para todos los sectores de la vida, ya que todo el tiempo nos enfrentamos a situaciones en las que buscamos obtener algo, vamos detrás de un objetivo. Por ello se dice que el 90% de la vida de relación consiste en escuchar o hablar, mientras que solo el 10% en leer o escribir. Es decir que desarrollar esta capacidad es una necesidad, no un lujo. Mejorar nuestra capacidad de hablar significa hacerlo con elocuencia, obtener la capacidad de deleitar con la palabra y de convencer al receptor del mensaje define nuestro éxito en muchos aspectos y principalmente en el sector laboral. Ya lo decía Pericles en el año 450 a.c.: “El que sabe pensar, pero no sabe expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar”.

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Tener una entrevista es una experiencia donde el objetivo que perseguimos, es el puesto de trabajo y tener una entrevista de trabajo exitosa no escapa a la regla, también requiere preparación en cuanto a nuestras habilidades de oratoria, ya que el entrevistador puede conocer a través de ella tu capacidad para comunicarte y la manera en la que te relacionas con los demás.

Sabemos que la entrevista es un momento de tensión para el entrevistado, porque es la oportunidad que tienes para vender tus talentos. Pero debes tener cuidado de no extenderte demasiado hablando de tus talentos o de tu vida, ya que ello puede denotar ansiedad y nerviosismo, estados que no son bien vistos por los entrevistadores. Además puedes ocasionar  una mala impresión, ya que los entrevistadores pueden llegar a la conclusión de que exageras al venderte. Debes ser conciso a la hora de responder.

Un riesgo además de extenderte demasiado, es el de decir palabras que no debes, es decir dejarte llevar por los nervios y de repente encontrarte hablando  mal de tu ex jefe. Mucho peor si te sorprendes dando explicaciones larguísimas a una pregunta simple, puede llevar al reclutador a conclusiones pocos favorables sobre ti. Es importante que investigues sobre la empresa a la cual quieres ingresar, a que se dedica, cuál es su trayectoria, cuáles son sus unidades de negocios, que tareas incluye el puesto al cual postulas, ya que conocer te ayudara a desempeñarte mejor a la hora de responder preguntas de este tipo. Evitará la improvisación de tu parte que puede llevarte a extenderte o decir palabras no adecuadas. Por ello es recomendable elaborar antes de una entrevista un listado de posibles preguntas que puedan llegar a hacerte y responderlas de manera precisa:

  • ¿Qué gana la empresa si te contrata a ti en lugar de a otro candidato? ¿Qué elemento diferencial aportas?
  • ¿Te gusta trabajar con gente o prefieres trabajar solo?..
  • ¿Te consideras como un líder o como un seguidor? ¿Por qué?
  • ¿Cuál fue la decisión más importante que adoptaste en el pasado?
  • Defínete a ti mismo con cinco adjetivos calificativos. Justifícalos.
  • ¿Qué has aprendido de tus errores?
  • ¿Acabas lo que empiezas?
  • Si todos los trabajos tuvieran la misma remuneración y la misma consideración social ¿qué es lo que realmente te gustaría hacer?
  • Describe tu escala de valores
  • ¿Qué personas te sacan de quicio?
  • ¿Cómo reaccionas habitualmente frente a la jerarquía?
  • ¿Cómo te insertas en un equipo de trabajo?

Responder este listado te ayudara definitivamente a ser conciso en tus respuestas.

Entonces ya sabes, además de revisar tu vestimenta que debe ser formal, tu curriculum al que debes conocer al 100%, el tipo de puesto al que aplicas, tareas que deberás cumplimentar y la empresa a la que postulas, revisar tu capacidad de oratoria no es menor. Debes ser elocuente, preciso y claro.