El desempleo entre los graduados superiores | Causas y soluciones

El desempleo entre los graduados superiores | Causas y soluciones

Aunque hace unos años atrás tener unos estudios superiores era sinónimo de acceder a un puesto de trabajo bien remunerado, la crisis económica y la alta tasa de desempleo actual han hecho que está situación cambie radicalmente. El porcentaje de personas en paro que son jóvenes ha incrementado de forma preocupante y además, la mayoría de ellos han adquirido su formación a través de la Universidad. Las dos razones principales de este panorama han sido los recortes que se han ido produciendo desde el año 2010 y la demanda por parte de las empresas de trabajadores menos cualificados.

De forma paralela y precisamente debido a la crítica situación de la economía, las tasas universitarias han aumentado considerablemente en los últimos 5 años, el número de becas y su cuantía ha descendido y el número de graduados y doctorados desempleados incrementa cada año. ¿Cuál es la solución? ¿Tener estudios universitarios garantiza hoy en día un empleo acorde a nuestra cualificación? ¿Ésta será una situación pasajera? A continuación te mostramos más información sobre el panorama actual para los que quieren buscar empleo si cuentan con estudios superiores.

"Muchos

Buscar empleo con estudios superiores

  • Puestos de cualificación inferior. Según los estudios realizados entre la población activa,  las personas con formación universitaria tienen más posibilidades de acceder a un empleo pero dicho puesto requiere una cualificación muy por debajo de su capacidad laboral. Es decir, las empresas dan por sentado que tener un título de graduado o doctorado otorga a los candidatos la capacidad de desarrollar cualquier tipo de tarea inferior a su formación. Debido a que la tasa de desempleo es tan alta y muchas de estas personas en paro tienen estudios superiores, algunas empresas han comenzado a poner como ‘filtro’ la exigencia de una formación universitaria antes de contratar a un candidato. Pero estos contratos no son para ejercer un puesto de una cualificación similar a la de sus conocimientos, sino que son para tareas más básicas, llegando a desarrollar unas funciones para las que seguramente estés sobrecualificado por tus estudios.
  • ¿Se valora tener estudios universitarios? Con lo comentado anteriormente, la respuesta es sí; cada vez es más valorado por las empresas tener un título universitario aunque no tengan ninguna relación con el sector profesional de su actividad comercial. El motivo que dan las compañías de esta situación es que de este modo, los empleados pueden empezar ‘desde abajo’ a pesar de contar con una formación más preparada e ir ascendiendo internamente con el paso del tiempo. Habitualmente esto se hace con los recién titulados que buscan su primer trabajo. El resultado es que los desempleados sin estudios dejan de poder acceder a ese tipo de puestos, los universitarios acaban haciendo un trabajo ‘mal pagado’ para su formación y en la mayoría de los casos dicha promoción interna no se llega a realizar ya que son despedidos antes de tiempo.
  • Un exceso de oferta requiere destacar. La solución está en ir destacando hacia el sector profesional en el que queramos trabajar. Es decir, si unos estudios universitarios no son suficientes para  encontrar un empleo cualificado, habrá que seguir adquiriendo conocimientos para poder destacar en un panorama en el que la gran mayoría cuentan con una titulación similar. Antiguamente tener estudios superiores era algo característico, hoy en día es lo habitual; por eso, las exigencias para convertirse en un candidato demandado han cambiado. La mayoría optan por aceptar los empleos de baja cualificación mientras continúan formándose y mantienen la búsqueda de un trabajo similar a sus estudios de forma activa.
  • Capacidad para emprender. Otra de las medidas que están tomando los desempleados con estudios superiores es la de emprender su propio negocio. Precisamente la formación adquirida en la universidad o postgrados los convierten en personas con más capacidad para sacar adelante un proyecto que el resto. Pero esto no es sinónimo de que la puesta en marcha sea más sencilla, ya que los recortes en ayudas, la falta de liquidez para una mínima inversión y la crítica situación económica hacen que muchos emprendedores cualificados tengan miedo a hacer realidad sus proyectos.