Comunicación no verbal en una entrevista
Una de las fases más complicadas de la búsqueda de empleo es preparar una entrevista de trabajo. Dependiendo de nuestro CV, de las tareas a realizar en el puesto de empleo, del tipo de empresa a la que nos postulamos o del número de candidatos que haya en el proceso de selección tendremos que prepararla de un modo u otro.
Sin embargo, sea cual sea el tipo de entrevista a la que nos enfrentemos debemos tener siempre un aspecto presente: el lenguaje corporal. ¿Se puede transmitir que somos el candidato idóneo simplemente por los gestos, nuestra postura o nuestra mirada? La respuesta es sí; y son pocos los aspirantes que cuidan la comunicación no verbal durante la entrevista. A continuación, te damos 5 consejos sobre lo que debes controlar en el proceso de selección para estar un paso más cerca de tu futuro laboral.
Controlar el lenguaje corporal en una entrevista.
- Control del espacio. Todos tenemos un sentido del espacio que debemos cuidar en diferentes aspectos de nuestra vida, pero especialmente en una entrevista de trabajo. El seleccionador debe sentir que el candidato entra en ‘su espacio’ y no que éste se apodera de él. Es decir, cuando llegues a la entrevista tienes que medir tus pasos y pedir permiso para moverte libremente por la sala. Cuando sea tu turno pregunta si puedes pasar en caso de que no salgan a buscarte, asegúrate con el entrevistador de cuál es el sitio correcto para sentarte y no desvíes demasiado la mirada inspeccionando la habitación donde os vais a reunir.
- Guarda las distancias. En caso de que el seleccionador te haya dicho “siéntate dónde quieras”, debes tomar una decisión rápida y elegir una silla en la que no estés ni demasiado distante ni demasiado alejada del entrevistador. En caso de que tú decidas tu asiento, pregunta previamente si ese es el lugar correcto; recuerda que lo importante es el que entrevistador sienta que tiene el control. A lo largo de la entrevista tampoco debes acercarte más de la cuenta, limítate a estrechar la mano en el saludo y en la despedida, pero guarda las distancias durante el resto de la conversación.
- El poder de la mirada. Nuestros ojos pueden decir más cosas sobre nosotros que las propias palabras, por eso, debemos tener un especial control sobre nuestra mirada a lo largo de la entrevista de trabajo. Mira a los ojos del seleccionador en el saludo, despedida y cada vez que os dirijáis el uno al otro. Intenta no mirarle fijamente, sino que mantengas un contacto visual agradable. Sobre todo, no desvíes tus ojos hacia algún elemento de su vestimento o rostro que te resulten llamativos. Además, debes evitar ‘escudriñar’ al máximo la sala de la entrevista, observar la decoración, mirar los papeles del entrevistador, fijarte en los objetos que haya en su mesa…
- La postura. Desde el momento que te sientes, debes poner especial cuidado en que tu postura se mantenga erguida a lo largo de la entrevista. Intenta no recostarte en la silla, procura que los pies queden perfectamente apoyados en el suelo y evita sentarte en el borde, ya que en este último caso darás la sensación de que tienes prisa. ¿No sabes qué hacer con tus manos? En ningún caso cruces los brazos ni te tapes la cara con las manos; en ambos casos denotarás inseguridad frente al seleccionador. Es preferible que reposes las manos en el regazo o que entrelaces los dedos, de esta forma tu cuerpo comunicará que estás en una situación receptiva.
- Cuida tus pertenencias. Una vez que tomes asiento, ten cuidado dónde dejas tus pertenencias porque dependiendo de dónde o cómo las coloques puedes estar ‘invadiendo’ el espacio del entrevistador. Generalmente esto afecta a las mujeres ya que son las que suelen llevar siempre un bolso, pero también ocurre si vamos cargados con un abrigo, un paraguas… Intenta dejarlo junto a tu silla, en una zona que no moleste, que no se vea y sobre todo que para ti ni para el seleccionador sea molesto. Bajo ningún concepto lo apoyes sobre la mesa de trabajo ni tampoco lo coloques sobre ti.
Otros aspectos a tener en cuenta sobre la comunicación no verbal:
Es posible que el entrevistador haga preguntas para valorar las competencias del candidato, para saber cómo es, qué sabe hacer, qué puede hacer. Se recomienda no gesticular en exceso ni hablar ni rápido ni alto, todo lo cual se asocia con mala educación, inseguridad y vulgaridad. Es estos supuestos el candidato no interesa.
El entrevistador querrá saber sobre reacciones pasadas en anteriores puestos de trabajo para valorar sentido de la responsabilidad, capacidad de adaptación, iniciativa, capacidad de planificación u organización. Todo lo cual se debe referir en forma justa sin que dé la impresión de que el candidato se va por las ramas o inventa, es fundamental mirar a los ojos y procurar una complicidad que predisponga al entrevistador para entender lo que el entrevistado le intenta transmitir.
Mostrar una buena motivación podrá compensar carencias de formación o de experiencia en su caso.
Es importante saber escuchar y dejar al entrevistador que dirija él la entrevista, de lo contrario podrá sentirse ofendido, saber escuchar muestra a la persona como centrada y sensata, inteligente y colaboradora.
Tomate un minuto antes de hablar
La expresión tanto verbal como corporal debe ser clara, concisa y estructurada. El candidato se debe esforzar por terminar todas sus frases y no responder con monosílabos; al igual que no debe dar explicaciones innecesarias, ni tampoco hacer comentarios, ni gestos, ni expresiones que denoten juicios de valor, aventurados o no.
Utilizar palabra como reto, experiencia, objetivos, futuro, compromiso, eficacia o proyecto y responsabilidad, utilizadas convenientemente y sin abusar, tendrán una fuerza especial; y a las palabras acompañan los gestos y la actitud de quien las pronuncia.
Se deben erradicar las jergas y argot, los “vales”, los "peros", "además"; totalmente prohibido “me entiendes” o “me comprendes”. Hay que cuidar la corrección en el habla, la educación y el respeto, tanto a las personas como a antiguos trabajos y empresas, superiores o compañeros, totalmente prohibido también las críticas y el lenguaje gestual que las acompaña, ya que esto hará pensar al interlocutor que está ante una persona algo complicada.
Se debe dar imagen natural y de confianza en sí mismo, sin adoptar posturas prepotentes ni tampoco ingenuas. En el equilibrio está la virtud.
Es normal estar algo nervioso, pero en una entrevista de trabajo no está bien estar constantemente moviendo las piernas, tocándose el cabello o jugando con un bolígrafo; los entrevistadores entenderán el nerviosismo, pero no perdonarán un mal comportamiento.